Cuando traemos un nuevo perro a casa, por lo general lo que queremos hacer es llenarlo de cariños, abrazarlo y estar con él todo el tiempo. Eso es bueno, pero hay que tomarlo con calma y seguir las siguientes recomendaciones:


Cada perro es un individuo.


En el caso de los perros temerosos o estresados ​​por el entorno del refugio, pueden pasar algunas semanas o meses hasta que empiecen a sentirse cómodos. Los cachorros robustos que se socializan adecuadamente con un criador de renombre pueden tardar solo unos días. Todos son únicos, por supuesto, pero no es realista esperar que un perro llegue instantáneamente bien adaptado y con un comportamiento impecable.


Prepara a tu perro para el éxito y tómatelo con calma.


Es tentador, especialmente para los niños emocionados, intentar abrazar y jugar con un perro nuevo de inmediato. Pero, aunque los dueños pueden tener las mejores intenciones, los perros nuevos no tienen idea de dónde están, con quién están o qué está sucediendo, y se necesita tiempo para construir una relación positiva.


Cuanto más paciente es un dueño y más opciones se le dan a un perro sobre cosas aparentemente simples, más rápido se construirá la confianza. Esto incluye interacciones básicas, como las caricias.


Sin embargo, hay salvedades cuando se trata de descompresión. Por ejemplo, los cachorros tienen un período crítico de socialización sensible entre las tres y las 14 semanas de edad. Son como pequeñas esponjas y las experiencias que tienen durante este tiempo pueden influir mucho en su comportamiento futuro. Las presentaciones graduales a nuevas personas y estímulos siguen siendo importantes.


Cíñete a una rutina.


La previsibilidad es tranquilizadora para los perros, especialmente si están nerviosos. Una rutina y un ambiente tranquilo son esenciales cuando se lleva un perro a casa por primera vez, generalmente durante al menos unas semanas. Incluso los cachorros bien educados habrán pasado por una transición importante, dejando todo y a todos los que conocieron.


Este período podría ser aún más inquietante para los perros rescatados. Es comprensible que esto pueda causar una gran cantidad de estrés incluso para el perro mejor adaptado.


Un horario simple y consistente puede ayudar a prevenir el apilamiento de desencadenantes, que es una acumulación dañina de estrés por múltiples estímulos que puede resultar en respuestas de estrés exageradas. Considera crear una rutina para cosas como la hora de comer, las pausas para ir al baño, las siestas, las sesiones de entrenamiento y el tiempo de juego.


Cómo reconocer los signos del estrés.


Comprender el lenguaje corporal de tu perro, reconocer los signos de estrés y escuchar lo que intenta decirte es clave. Puedes prevenir situaciones que provoquen ansiedad y trabajar en la construcción de asociaciones positivas.


Algunos signos comunes de estrés incluyen jadeo excesivo, caminar de un lado a otro, meter las orejas o la cola, lamerse los labios, bostezar, congelarse o agacharse.


El gruñido es otra señal común de que un perro se siente incómodo o amenazado. Los propietarios a menudo entran en pánico cuando esto ocurre y castigan el comportamiento. Pero, esto debe considerarse algo positivo porque es la forma en que un perro se comunica y trata de no morder.


Castigar este comportamiento puede crear un perro que no solo esté más preocupado por el dueño o el desencadenante que los hizo gruñir, sino uno que no da ninguna advertencia antes de morder.


En su lugar, dale a tu perro el espacio que necesita e intenta identificar por qué gruñe. Luego, cuando sea apropiado, puedes trabajar para ayudarlo a sentirse más relajado.


Ofrece un espacio seguro.


Siempre proporciona un espacio tranquilo que tu perro pueda elegir para retirarse. Un tipo de "Zona Zen", y esto es diferente para cada perro. A algunos perros les gustan las transportadoras (recomendable) y las jaulas, mientras que otros prefieren un lugar debajo de una mesa o en un dormitorio. Como dueño puedes tardar algunas semanas en determinar dónde se siente más cómodo tu perro.


Su espacio seguro debe ser honrado como un lugar al que siempre pueden retirarse cuando quieren alejarse de la actividad familiar y no ser molestados, y esto incluye las caricias.


Consejos para construir un vínculo fuerte.


Además de garantizar que las interacciones se realicen en los términos de tu perro y no sean forzadas, existen muchas otras formas sencillas en las que puedes ayudarle a sentirse relajados a su alrededor.


Comienza simplemente pasando un rato tranquilo en su compañía, ofrécele afecto, recompensas de comida y sesiones de juego tranquilas.


Cuando se trata de entrenar, empieza en interiores y haz que las sesiones sean cortas, divertidas y, sobre todo, positivas. El uso de alimentos, juguetes y elogios son excelentes formas de generar confianza, mantener la motivación y recompensar claramente los comportamientos deseables.


Los estudios demuestran que el enriquecimiento ambiental puede aliviar el estrés de manera eficaz y estimular la confianza de los perros. Los juguetes y las actividades de nariz son a menudo particularmente benéficos.


Una vez que tu perro se sienta cómodo, salir a pasear lentamente, olfatear y estar en silencio también suele ser una herramienta de descompresión. Puedes utilizar una cuerda larga unida a un arnés que le quede bien para permitir cierta libertad de exploración.


Dar a los perros más opciones y un sentido de control en sus vidas es una de las cosas más importantes que podemos hacer por su bienestar. Esto es especialmente cierto cuando se les brinda apoyo durante el período de descompresión.